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MIREIA TENT ESCRIVÁ

Auto-evaluación como práctica promotora de la democracia y la dignidad

Como hemos podido ver, el autor compara la educación tradicional y sus formas de evaluación con otros tipos, en concreto la auto-evaluación. Así pues, saca diversas conclusiones sobre la efectividad de una y de la otra y nos cuenta su experiencia propia con esta, pues él mismo ha puesto en marcha con su alumnado un sistema de auto-evaluación, que incita a todo ello a la reflexión.  

Cubos del alfabeto
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Me ha parecido muy interesante uno de los comentarios que ha hecho el autor, refiriéndose a la figura del profesor sobre nosotros, ya que siempre nos han educado de tal manera que el profesor era una persona de gran autoridad a la que no hay que respetar y hacer caso en todo lo que diga. Hemos crecido con el miedo de contradecir a nuestro profesor y que esto repercuta en nuestras calificaciones o nos impongan un castigo, es decir, hemos crecido siendo sumisos en la educación, acatando "órdenes" y sobre todo, siendo privados de nuestra imaginación y creatividad, ya que todos han de hacer lo mismo, sin posibilidad de innovación o diferencia. 

De esta forma, relacionándolo con lo anterior, me ha parecido importante el concepto de "pedagogía venenosa", que como bien afirma Alice Miller (1980), en su libro For your own good, esta tiene lugar en situaciones donde hay un abuso hacia un niño tanto física como psicológicamente, insinuando que estas son beneficiosas.  

Así pues, esto crea que el niño/a en situación acabe negando y reprimiendo sus sentimientos y emociones y aceptando lo que el adulto dice que es bueno y condicionando sus personalidad. Yo personalmente, creo que esto es real y desgraciadamente sigue pasando día a día, crecemos pensando en que ciertas cosas están bien de por sí porque hemos vivido siempre con ellas y no nos han dado la posibilidad de dudar, pero ¿es esto verdad?, yo creo que si nos paramos a pensar, podemos ver que muchas cosas que hemos aprendido como que están bien, realmente no son tan buenas o en cualquier paso podrían ser mejor. Para ello, primero tenemos que cambiar nuestra forma de pensar y esto es lo que nos propone el autor. 

En cuanto a la educación tradicional y sus mitos, coincido completamente en todos los que el autor propone en el texto. Así, hablando concretamente de las notas, estas no son capaces de indicarnos lo que una persona sabe de verdad ya que estas, mayoritariamente, se consiguen mediante la realización de un examen, un examen subjetivo cuyas preguntas las elige el maestro/a y que no tienen en cuenta las circunstancias por las que está pasando la persona que lo realiza. 

En un examen en sí no expones los conocimientos que tú sabes, sino los que te piden y personalmente, pienso que esto es muy diferente ya que una persona puede saber mucho y justo en el examen quedarse bloqueado o de la misma manera preguntarle justo lo que no tiene claro y en cambio, puede otra persona saber muy poco y tener la suerte que en el examen le preguntan únicamente aquello que sabía.  

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Otra de las frases que expone Fernández-Balboa y la cual nos hemos preguntado muchos a lo largo de nuestros estudios es la siguiente: “¿cuántas veces, por ejemplo, hemos “pasado” un examen pero nos hemos olvidado de su contenido al salir por la puerta?”. A esta, puedo responder rápidamente y personalmente me ha pasado gran cantidad de veces, ya que por mucho que quiera evitarlo siempre acabo estudiando para el examen y no para aprender ya que siempre me han pedido una nota más que un conocimiento, y si no llego a esta nota es como si no hubiera alcanzado dicho conocimiento. 

Pues esto me lo he planteado muchísimas veces a lo largo de mis estudios y sí, aunque actualmente queramos llegar a x nota para poder elegir optativa o para cualquier cosa, estas ya no causan el mismo efecto en mi que antes, pues para mi era un mundo sacar una nota baja y una alegría una nota alta. Actualmente, (a pesar de que mis elecciones sobre la carrera dependen de mi nota) ya no me importan tanto, prefiero centrarme en estar orgullosa y satisfecha de lo que he hecho que perder el tiempo pensando en la nota que voy a sacar. 

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Una nota no muestra lo que se ha aprendido y un examen muchos menos, únicamente muestra unas cifras que muchas veces nos hacen tener ansiedad, miedo y otras emociones negativas que si perduran mucho tiempo pueden hacernos entrar en depresión y esto no lo podemos permitir, pues antes que unas calificaciones y unas notas, va la salud, lo primero en lo que deberíamos centrarnos. 

En definitiva, pienso que estos métodos tradicionales de evaluación no son los adecuados y por lo tanto tenemos que buscar un cambio, como es por ejemplo la auto-evaluación, capaz de hacer que el alumnado reflexione sobre lo que ha aprendido, y sea capaz de identificar si ha sido suficiente, es decir, siendo consciente de lo que sabe y lo que no. Además de tener en cuenta todo lo que se ha esforzado para ello, siendo justo y sincero consigo mismo/a. Entonces, es cuando podrá ponerse una nota. 

Este método, a parte de servir de evaluación, sirve para conocernos a nosotros mismos, nos sirve para ser honestos con nosotros mismos y para evolucionar, seguir aprendiendo y así, lo veo muy relacionado con la asignatura pues nos está formando como persona, nos está permitiendo dudar, leer, informarnos y buscar otras formas de ver las cosas. 

Fernández-Balboa, J. M. (2005). La auto-evaluación como práctica promotora de la democracia y la dignidad. En La otra cara de la enseñanza: La educación física desde una perspectiva crítica (pp. 127-158). INDE Publicaciones

 

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